MORENA EN DUDA

La derrota en Edomex golpea al partido de AMLO; no le alcanzó con una candidata propia

La alianza PAN-PRD funcionó bien; ganó dos estados y trabajó con el PRI en Edomex para evitar que gane MORENA

La elecciones del 4 de junio las ganó el Sistema y el “Cambio”, que es parte del mismo Sistema; la “Regeneración” fue otra vez relegada

En Quintana Roo, el partido de AMLO se enfrenta a la disyuntiva de abrir sus puertas por completo o encerrarse en sus propias fuerzas

¿Deben mirar para otro lado los morenistas de la primera hora y aceptar refuerzos del PRI en QRoo?

Los coletazos del 4 de junio, con las elecciones en 4 estados y la detención de Roberto Borge, apenas comienzan en Quintana Roo.

Los hechos nacionales, aunque parecen lejanos, no lo son. Todos tienen su correlato en el Estado. El triunfo de la alianza PAN-PRD en algunos lugares, el del PRI en otros, y la sensación dispar, entre alegría y decepción, de MORENA, impactan directo sobre el estado.

Veamos primero los hechos nacionales relevantes.

La alianza PAN-PRD ha demostrado ser muy exitosa, y ese es todo un dato para el estado, ya que se trata de la alianza que llevó al poder a Carlos Joaquín.

Esa alianza tuvo dos versiones: en Veracruz y Nayarit el acuerdo político y electoral fue ganar la elección. Y lo hicieron con holgura. En el Estado de México el acuerdo fue ir separados para pulverizar el voto opositor, y que así gane el PRI y pierda MORENA. También lo lograron. Tres éxitos, sin duda.

Los números de Veracruz son intimidantes. La alianza PAN-PRD que llevó a la gubernatura a Miguel Ángel Yunes se quedó con 112 de los 212 municipios en juego el domingo pasado, según los resultados finales del PREP.

Eso significó el 32.7 por ciento de la votación. El PRI logró el 18.1 por ciento (36 municipios) y MORENA 17.3 por ciento (17 municipios).

Pero lo más intimidante es que el formato del Sistema funciona a la perfección. El PRI sabe que puede contar con el PAN y con el PRD, además de todos los demás partidos satélites, para impedirle a MORENA acceder a cualquier cuota de poder importante.

Y eso dispara todos los interrogantes en el partido de Andrés Manuel López Obrador. Incluso en Quintana Roo

 

LA DISYUNTIVA DE MORENA

Las elecciones del 4 de junio dejan bien en claro que el Sistema no murió, ni mucho menos. Para MORENA ese es un problema. El partido se afianza como alternativa, pero otra vez no le alcanza.

Sacó más votos que el PRI en Edomex, y no pudo ganar. En los demás estados quedó muy lejos de un triunfo.

El caso de Edomex era fundamental, porque el partido iba con una candidata propia, Delfina Gómez, elegida por AMLO. Esa decisión era la esperanza de todos aquellos que no quieren ver a priistas quedándose con el partido.

Pero no salió como se esperaba. La elección de Edomex deja una lección para las elecciones locales: hay que hacer algún tipo de alianza.

Para lo morenistas locales la disyuntiva es si necesitarán recurrir a priistas con estructura, dinero o nombre, para intentar que en 2018 no solo AMLO gane la elección a Presidente en el Estado, sino que puedan ganar diputaciones federales y senadurias, y también, porque no, presidencias municipales.

 

ACUERDOS CON OJOS CERRADOS

Hay quien dice, ya, que los resultados del 4 de junio pasado obligan a mantener, e incluso ampliar, la política de apertura a gente de otros partidos.

Hay un dato importante. El sábado 3 de junio, AMLO firmó el Acuerdo de Unidad por la Prosperidad y el Renacimiento de México en Baja California Sur. Se trata de un evento que se ha dado en caso todos los estados del país, en el cual se muestran los actores que quieren unirse a MORENA.

Según consignó el periódico El Universal, los simpatizantes que estaban en el evento se mostraron muy disconformes con la adhesión al partido de los ex gobernadores Leonel Cota y Narciso Agúndez.

Los ex mandatarios fueron abucheados, y se quedaron fuera del templete, pero dentro del partido.

El 2 de julio se firmará ese acuerdo en Quintana Roo, en el parque de Las Palapas de Cancún. Los delegados distritales de MORENA en el Estado ya dijeron que más allá de quién firme el convenio, eso no garantiza candidaturas.

Y también, confiaron en que tanto la Comisión de Honor y Justicia del partido, como el “aplausometro” de ese día, podría servir como barrera de contención para la llegada de cuadros indeseables a las filas de MORENA.

La pregunta es si después del 4 de junio el partido puede darse el lujo de cerrar sus puertas. O deberá hacer pactos con los ojos cerrados para sumar votos.

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